César Pérez Novoa

Una mirada a nuestro vecino: impulso económico positivo para 2015

Por: César Pérez Novoa | Publicado: Martes 16 de diciembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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Perú sería el único país de la región Andina en comenzar 2015 con un impulso económico positivo.
Recientemente fue aprobado un paquete de estímulos (el quinto durante este año) con una serie de medidas que se traducirán en bajas tributarias para empresas y personas naturales. La tasa marginal de impuesto a la renta corporativa se vería reducida del actual 30% a 28% en 2015, a 27% en 2017 y a 26% en 2019. Respecto de los gravámenes individuales en el grupo de ingresos más bajo, éstos serían recortados de 15% a 8%.

Las autoridades peruanas estiman que esta última disposición beneficiará a un millón doscientas mil personas y que generará 1.000 millones de nuevos soles peruanos (US$ 340 millones ó 0,2% del PIB) de ingreso disponible para el próximo año. Asimismo, se anunciaron rebajas impositivas para los segmentos de mayores ingresos.

Más específicamente la propuesta incluye: una disminución en torno a 4,5% de la carga tributaria que pagan las gasolinas, un aumento en el impuesto a los dividendos (de 4,1% a 9,3% hacia 2019) y una flexibilización en la reglamentación de las condiciones de finiquito de los trabajadores. La administración del Presidente Ollanta Humala estima el costo de este nuevo paquete en 4.500 millones de nuevos soles (US$ 2.100 millones o 1 punto porcentual del PIB).

Anteriormente, otras medidas habían incluido incentivos tributarios más moderados (depreciación acelerada), inversión en infraestructura, reducción de la burocracia, incremento en salarios públicos y de compensación en bonos, entre otras. En resumen, el gobierno peruano estima el total de este incentivo en un equivalente en torno a 2,5% del PIB de esa economía.

La confianza del consumidor -en términos generales- se ha movido de manera estable en los últimos meses, aunque nuestro equipo económico espera mejoras para este indicador en el futuro como consecuencia de la solidez demostrada en los fundamentos que apoyan a los cifras de consumo privado. Vemos también que en el mercado laboral los números de empleo y de remuneraciones se han mantenido bastantes firmes.
Además, los menores precios en combustibles y en tarifas eléctricas debieran beneficiar a los salarios reales y a los proyectos de infraestructura intensivos en mano de obra. A lo anterior se agregan estímulos fiscales más agresivos, lo que debería generar un impulso en el gasto de los consumidores.

Si bien la baja en los precios del cobre y del oro sigue presentándose como un potencial riesgo, los términos de intercambio en nuestra vecina economía se verán beneficiados por los menores precios del petróleo, mientras que el crecimiento del PIB tendrá un envión adicional producto de un incremento en la producción minera (principalmente en la industria cuprífera) y como consecuencia de la aceleración en la inversión en infraestructura.

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